
Para conseguir un funcionamiento correcto de tu aerógrafo, lo más importante es su limpieza. Recuerda que, cuando cambies de color, tendrás que limpiar tu aerógrafo, especialmente el cabezal y la aguja interior. Luego, puedes llenar el tanque de agua y pulverizar, sobre una servilleta, hasta que salga completamente limpia.
Sin embargo, también es muy importante limpiar a fondo el aerógrafo una vez hemos terminado de usarlo, pero ¿cómo limpiarlo?
Para ello, tienes que perder el miedo a desmontarlo para limpiarlo correctamente. Una vez hayas realizado el proceso varias veces, ya no te resultará tan difícil. Pero, no olvides tener cuidado ya que la aguja que hay en el interior del aerógrafo es muy afilada y puede doblarse con facilidad.
Existe una gran variedad de líquidos y kits limpiadores para aerógrafos que te ayudarán mucho en la tarea de limpieza. Por otro lado, si no cuentas con ellos por casa, no dejes el aerógrafo sin limpiar. ya que la pintura seca será más difícil de limpiar.
Líquidos y kits limpiadores para aerógrafos
Puedes utilizar otros productos como alcohol o acetona pura, siempre evitando que llegue a zonas forradas con caucho ya que podrían dañarlas. En cualquier caso, puedes utilizar agua o el mismo disolvente que utilizaste para la pintura.
Empieza desenroscando la parte posterior del aerógrafo y la guía de la aguja, dejándola al descubierto para quitarla fácilmente. Ahora puedes desenroscar el cabezal, con la boquilla y el obturador, para dejarlos en remojo, junto con la aguja, mientras limpiamos las demás zonas del aerógrafo.
Utiliza bastoncillos o servilletas de papel húmedos para limpiar el tanque de la pintura y sécalo. Continua con el resto del aerógrafo, teniendo especial cuidado con la zona del botón de mando. Repite el proceso con la parte posterior que has desenroscado antes dejándola bien seca y comienza con las piezas pequeñas.
Para las partes que quedan por limpiar también puedes utilizar bastoncillos para los oídos húmedos para llegar a zonas más estrechas. Mientras que los restos de pintura, que queden en el interior, estén frescos, limpiarlos será más fácil. Por ello, es recomendable dejar en remojo estas partes mientras se limpia el resto del aerógrafo.
Para limpiar la boquilla puedes utilizar un pequeño trozo de servilleta, dándole forma con los dedos de manera que pase de un lado a otro de la boquilla.
Es muy importante que tanto la aguja como la boquilla estén bien limpias, para evitar que, la próxima vez que uses tu aerógrafo, otros restos de pintura estropeen el acabado final de tu maqueta.
Seca la boquilla, el obturador y la aguja con servilletas de papel o un paño seco antes de montar de nuevo el aerógrafo. Es recomendable que empieces con el cabezal del aerógrafo, es decir, enroscando la boquilla y el obturador. Sigue con la aguja y atornilla bien su guía para fijarla adecuadamente.
De este modo, te será más cómodo atornillar el cabezal ya que no correrás peligro de pincharte con la aguja.
Por último, enrosca la parte del cuerpo del aerógrafo que apartaste al principio y ¡voilà! Tu aerógrafo estará listo. No olvides que, con un mantenimiento adecuado, conseguirás un buen funcionamiento y mejores resultados. Por otro lado, de vez en cuando engrasa el aerógrafo para evitar oxidaciones y fricciones. Puedes utilizar aceite para máquinas de coser.
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